jueves, 5 de junio de 2008

cinismo energético






Estos son los dos nuevos anuncios de las ONG petrolera e hidroelectica, respectivamente, REPSOL y ENDESA. Muy buenos anuncios, no solo por la forma sino por el contenido. Es bastante cínico presentar una campaña promoviendo un modelo sostenible de crecimiento un dia despues de haber creado un nuevo comote para la coordinacion especial del sector de la energia nuclear, tan limpia, segura y rersidualmente insignifcante, ella. Pero ahí reside la magia de la publicidad, o el peligro. La emoción del anuncio bloquea cualquier tipo de reflexión acerca del hecho de que son los lobiies energéticos los principales interesados en que el modelo de consumo actual. Qué graciosos los niños y los elefantes, que bonito el texto atropocentropocéntrico de Repsol, pero qué miedo las consecuencias de esta difuminación del problema que se nos viene encima... mataremos por agua y por aire limipio y probablemente y con suerte, nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos. Esa batallita también dará espectáculo seguro, banda sonora, buena fotografia y ala, campaña apestosamente amoral al canto. Hipocresia, interés, dinero, eso es lo que hemos inventado y lo que les vamos a dejar a los hijos de nuestros hijos y a los elefantes con los que paseen apadrinados por PIZARRO y su ONG Endesa.

Lucía Pinar García

miércoles, 4 de junio de 2008

La cultura del botellón

Cada fin de semana, los parques y las plazas de Valencia amanecen sucios. Bolsas, vasos rotos y botellas vacías inundan cada rincón de la ciudad. Miles de jóvenes toman cada madrugada las calles para beber hasta altas horas de la madrugada.

Tienen una media de 20 años, son estudiantes universitarios, bien parecidos, y con escasa capacidad económica. “Bebemos en la calle porque no puede ser que una botella de alcohol cueste seis euros en un supermercado, y en una discoteca te cobren eso por una copa”, explican Marta y Luís, asiduos al botellón. Para ellos, en estos momentos la noche no ha hecho más que empezar. Más tarde, se dirigirán a un pub o una discoteca hasta que los efectos del alcohol hagan estragos en ellos.


Sin embargo, antes de que esto ocurra, llegará un momento en que los maleteros de los coches se cierren, los vasos caigan al suelo y aparezcan botellas de ron o vodka sin dueño. Todos los fines de semana la historia se repite. En este momento, la policía, alertada por algún vecino harto del ruido, se enfrentará con muchas dificultades a las grandes concentraciones de jóvenes que se encuentran bajo los efectos del alcohol. Ellos saben que su presencia alerta a los jóvenes, que desaparecen corriendo o sueltan el vaso al instante, pero también saben que cuando se vayan, la plaza volverá a convertirse en una improvisada barra de bar. Treinta y cuatro patrullas policiales recorren las calles de Valencia cada noche para velar por el cumplimiento de la ley, pero el aumento del botellón en todas las zonas de ocio, y su reciente expansión a parques y zonas alejados de éstas, sobrepasa la capacidad de estos agentes.

Según estudios realizados, algo más del 80 por ciento de los universitarios españoles hace botellón y no están dispuestos a dejar de hacerlo, ya que para ellos es una forma de diversión y de integración social. Así que, cada fin de semana la historia se repetirá: alcohol, vecinos molestos, jóvenes con multas, jaleo, suciedad y diversión, mucha diversión.
Raquel Durá Lahoz

lunes, 2 de junio de 2008

De la Nadalmanía a la Carlamanía

Desde el pasado domingo se está disputando París el segundo grand slam de la temporada, Roland Garros. Por todos es sabido que se trata del "grande" por excelencia para los españoles -más bien parece que se dispute en Guadassuar que en París. Para los que llevamos este deporte en las venas sabemos muy bien el por qué. Crecemos jugando en estas pistas de arcilla. El sermón de tu madre cuando vuelves a casa de entrenar o jugar algún torneo con una ropa que cuando saliste de casa era blanca y ahora es roja es nuestro padre nuestro de cada día. La mayoría de niños hacen sus castillitos de arena en la playa. Nosotros los hacemos en la pista.

¿Y todo este rollo para qué? Pues porque si es verdad que el tenis masculino español está más que sobrado de iconos y estrellas mundiales, en su versión femenina, la retirada de dos mitos como Arancha y Conchita dejó huérfano el tenis femenino en nuestro país. Ni Anabel Medina, ni Nuria Llagostera, ni Marta Marrero... han cubrido una mínima parte del vacío dejado. Pero cinco años después de que una española (la aragonesa Conchita Martínez) llegara a los cuartos de final de Roland Garros, otra tenista de nuestro país ha logrado meterse entre las ocho mejores raquetas del torneo parisino. Una joven canaria de tan solo 19 años, procedente de la fase previa y la 138 del ránking WTA, ha logrado la proeza.

Carla Suárez se ha convertido en la auténtica sensación de la competición. En su camino se ha desecho ya de tenistas con mucho mejor ráking que la española, como la ex número uno mundial Amelie Mauresmo. Mañana en la mismisima Philippe Chartier Carla jugará sin pesión alguna contra la número tres munial, la serbia Jelena Jankovic, el partido más importante de su, hasta ahora, corta carrera deportiva.

También mañana, Nadal y Almagro disputarán uno de los cuartos de final del torneo, lo que asegura un español en semis -apuesten por un Nadal-Djokovik. Además, Ferrer disputará el miércoles contra el local Monfils su acceso a la penúltima ronda del torneo galo -en esta ocasión apuesten por un Federer-Ferrer.

Desde aquí quiero desear toda la suerte del mundo a los tenistas españoles, especialmente a la joven promesa canaria. Ella ya ha cumplido de sobra todas las expectativas en Roland Garros -su papel le ha valido un sitio en el equipo olímpico-, pero que la serbia no se descuide porque Carla viene desde atrás con mucha confianza. ¿Será ella el relevo que el tenis femenino español tanto necesita? Apuesten a caballo ganador. Sí.


Andreu Moreno

domingo, 1 de junio de 2008

El secreto de Indiana Jones

Los fans de Indiana Jones llevaban mucho tiempo esperando su regreso. Para la industria cinematográfica era demasiado difícil resistirse a los beneficios que reportaría ofrecer una nueva entrega de la famosa saga que arrasó en taquilla, una vez hubiera reposado el tiempo necesario. Ahora, casi 20 años más tarde, el atípico y aventurero arqueólogo creado por Steven Spielberg y George Lucas ha vuelto con más de lo mismo: látigo y sombrero, enigmas, acrobacias, huidas imposibles y comentarios ingeniosos de un seductor Harrison Ford, aun con 65 años. Desde luego, son los mismos ingredientes que ya cocinaron sus éxitos en las versiones anteriores. Sin embargo, a pesar de la expectación que levantó el filme desde el mismo momento en que empezó a rodarse, la recaudación, aunque boyante, no ha podido superar a películas como Spiderman 3 o la última de Piratas el Caribe. De hecho, Sexo en Nueva York ha sido vista por más espectadores esta semana en Estados Unidos que El reino de la calavera de cristal.

El reencuentro de estos tres veteranos de las pantallas no ha decepcionado. Ha dado al público precisamente lo que esperaba. Y lo que el público esperaba era una historia entretenida y emocionante, con algo de intriga, salpicada con ingeniosos toques de humor, persecuciones temerarias, peleas y otros embrollos de los que el héroe se salvara por los pelos. Eso, aderezado con unos magníficos planos de los sobrecogedores paisajes del Amazonas y la grandeza de las pirámides mayas junto con una dosis de buenos efectos especiales convierten esta aventura de Indy, una vez más, en el paradigma de éxito en el género de aventuras. Es, simplemente, una nueva formulación de los elementos esenciales que siempre han triunfado, poco importan las incongruencias y los errores históricos y geográficos para que el filme surta efecto.

Esta vez, el espacio y el contexto histórico han cambiado, los enemigos ya no son los nazis, sino los soviéticos, y para el mítico arqueólogo también han pasado los años. Incluso hay algunas pequeñas sorpresas más a lo largo de la acción, que aunque tiene un argumento predecible consigue a la perfección alcanzar su objetivo; que no es nada más ni nada menos hacer que el espectador, sea quien sea, pase un buen rato en el cine.

En toda esta maraña de tesoros arqueológicos, de rusos, de acertijos y de puñetazos aun queda hueco para una de esas pequeñas fijaciones de los directores: la vida extraterrestre. Hay más. A veces, hay historias como estas que parecen inocentes y sencillas, pero esconden una fuerte impronta de sus creadores. Unos personajes aparentemente distanciados de la realidad proyectan el pensamiento y la visión de quienes les han dado forma. The Guardian publicó el 27 de mayo un artículo muy curioso, Deciphering the Indiana Jones conspiracy, de Steve Rose que intentaba descifrar las claves de Indiana Jones, qué es lo que dice entrelineas esta película sobre Spielberg, Lucas y su concepción del cine. Me sorprendió. Tenéis la versión traducida en Rebelión.